19.11.07

Las ovejas vengativas

Encontraron a uno dedicado al dulce placer de ahorcarse; a otro sesteando sobre las muelles plumas de su almohada esquizofrénica y al resto llorando, riendo, bailando, masturbándose, cantando, peleando, haciendo fiestas o comentando (entre sobrecogidos y felices de la experiencia) el ataque de que habían sido víctimas por parte de dos manadas de toros bravos: cada cual a su aire y según soplara el viento de su talante particular.
Los recontaron. Faltaban ocho. A tres -apaleados y mordidos por los perros- lograron, horas más tarde, rescatarlos de manos de los pastores. De cuatro venáticos nunca más se supo. Otro -de gran sentido estético- se había cortado las venas de las muñecas con el cristal de sus lentes y observaba complacido, las manos hundidas en el arroyo, lo bonita que se ponía el agua teñida con su sangre.
-Parece vino de la Rioja -decía maravillado, al tiempo en que lo encontraron.

1 comentario:

Cleopatra dijo...

madre mia... un gato nenaaaaaaaaaaaa!!!!
mi gatooooooooooooo!