14.11.07

El Gnomo

-¿Por qué te has asustado?
-¡Ah, eres tú, Gnomo!
-¿Adónde vas? -preguntó el jorobado con tono meloso-. Quiero enseñarte una cosa muy bonita.
-Está lloviendo. Ya me la enseñarás otro día.
-¡Déjame que que te la enseñe!
Se acercó a ella y comenzó a tocarla con sus manos, mugrientas y pegajosas.
-¡Yo quiero enseñártela, ahora! ¡No otro día! ¡Ahora!
-¿Qué quieres enseñarme?
-¡Mira! -dijo él, e introduciendo sus manos en la bragueta del pantalón que llevaba abierta, le exhibió su sexo-. ¡Tócalo! ¡Ya verás qué caliente está!

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