Por qué tanto perderse, tanto buscarse sin encontrarse. Me encierran los muros de todas partes. Barcelona, te estás equivocando, no puedes seguir inventando que el mundo sea otra cosa y volar como mariposa. Barcelona, hace un calor que me deja fría por dentro con este vicio de vivir mintiendo. Qué bonito sería tu mar si supiera yo nadar. Barcelona, mi mente está llena de caras de gente extranjera, conocida, desconocida, he vuelto a ser transparente. No existo más. Barcelona, siendo esposa de tus ruidos, tu laberinto extrovertido, no he encontrado la razón por qué me duele el corazón. Porque es tan fuerte que solo podré vivirte en la distancia y escribirte una canción. Te quiero, Barcelona.
Oh, Dios mío (Maxxie), hoy es uno de esos días que te levantas y dices "voy a comprarme mi preciosa chaqueta estilo ingles." Pero resulta que te quedas durmiendo y acabas en una biblioteca de informáticos leyendo un extraño libro, que estaba al lado de la Biblia de Windows 95, que trata sobre como enseñar informática a tus alumnos. Todo lo demás eran libros sobre... cosas raras. Total que todos estaban descatalogados y te podías llevar el que más te gustase, pero como no me gustaba ninguno pues he llegado a casa con las manos vacías. Pero claro, por la tarde no se duerme, al menos yo, así que voy a comprarme mi preciosa chaqueta estilo ingles para estar muy chic porque esta noche vamos al cine a ver la última de WoodyAllen!!! Y sí, soy más que feliz (:
Euforia. Tormento. Noches en vela. Días inactivos. Sueña despierta delante del ordenador. Se olvida el bolso en el supermercado. Sigue de largo donde debería doblar. Habla en voz alta mientras camina sola. Planea lo que le diría, o lo que debería haber dicho. Lo que le dirá en un próximo encuentro. Corre riesgos estúpidos. Dice tonterías. Se ríe demasiado. Habla de lo que no debe. Revela secretos. Pasea de madrugada. Algo que dijo él aún le resuena en los oídos. Ve su sonrisa si cierra los ojos. Atesora las entradas de las películas que vieron. Un perfume despierta un sinfín de recuerdos. Una canción le provoca sollozos. Llora un promedio de cien lágrimas diarias. Y duerme, calcula, unas cuatro horas por noche. Pierde el apetito, pero a veces asalta la nevera a las seis de la mañana. Cree reconocerlo en la oscuridad de los bares y luego se da cuente de que se ha equivocado. Escribe su nombre en servilletas sucias. El grifo de la ducha se queda siempre abierto. Acaricia a los niños en el autobús y a los perros sarnosos que cruzan las aceras. Si camina a su lado, siempre piensa que cae y tiene que recordar cómo diablos se camina. Se cambia de ropa delante del espejo setenta y siete veces antes de cada cita. Se descubre imitando gestos que le ha copiado. Repitiendo sus frases en las conversaciones. Bebe demasiado. Come chocolate. Deja las llaves puestas en la cerradura. Cuando duerme sola se abraza a la almohada. Sopesa cada instante del tiempo compartido. Llama a su casa cuando sabe que no está. Enumera sus fallos para no idealizarlo. Y acaba por pensar que iluminan sus virtudes. Lee libros de autoayuda que no le gustarían. Con las novelas tristes llora a moco tendido. Habla sola en el metro, o con desconocidos. Se ha pintado de negro las uñas de los pies. Grita como una loca bajo el chorro del agua. Al menor de sus gestos se le congela el pulso. Sospecha que la química no haría nada por ella.
Quiero las fotos de la gente guapa de Valencia, pero por lo visto son unos putos gandules y solo saben darle a las hierbas (: Por cierto, esta foto es del último día de feria, cuando me bebí una botella de ginebra. Tengo la boca abierta porque estaba a punto de rabar y porque había un pene en el telefonillo.
Estuve con Tony en el viaje a Rusia. Solo lo hice porque estaba mal porque Anwar dijo que odiaba a los gays, entonces Tony me dijo que me la chuparía para animarme. No significo nada, perdí la cabeza y después él me la chupo y luego nos deportaron de Rusia.
