8.2.08

04


Durmió sin saberlo, pero sabiendo que continuaba viva en el sueño, que le sobraba la mitad de la cama, y que yacía de costado en la orilla izquierda, como siempre, pero que le hacía falta el contrapeso del otro cuerpo en la otra orilla. Pensando dormida pensó que nunca más podría dormir así, y empezó a sollozar dormida, y durmió sollozando sin cambiar de posición en su orilla, hasta mucho después de que acabaron de cantar los gallos y la despertó el sol indeseable de la mañana sin él.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

oh my love! como te he echado de menooooos
jujujujujuju

Anónimo dijo...

Es genial lo qu has puesto hoy.
Un beso.