29.12.07

La tristeza


La tristeza era como un nudo, un quiebro que empañaba las gafas y el corazón de esa tarde que comenzaba a ser desesperadamente lenta e inútil. Una guadaña sobre un campo de trigo dorado y con cuervos. El sol que abrasa el cerebro y lo despoja. La conquista de la luz era así al mismo tiempo el punto álgido de un aullido todavía sin pronunciar. De Van Gogh a Munch. Bobadas. Afuera el otoño y sobre la mesa unas pocas hojas garabateadas y las fichas en orden. La insistencia de Esther.


Perdonen la tristeza.

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