Porque él es tan diferente, tan natural, tan divertido y especial, tan adorable, tan perspicaz, tan ocurrente, tan singular, tan él, tan seguro, tan casual, tan sorprendente, tan superguay.
Siempre quise ir a Estocolmo, dejar un día esta ciudad, cruzar el mar en tu compañía. Pero ya hace tiempo que me has dejado y probablemente me habrás olvidado. No sé que aventuras correré sin ti. Creí que podría olvidarte sin más, y aún a ratos, ya ves.